El riesgo latente por la creciente expansión del coronavirus, ha impuesto como norma el quedarse en casa, esta medida ha generado turbulencias en la dinámica económica y social de todos los peruanos, obligándolos a replantear su modo de vida. Los organismos internacionales aseguran que el horizonte de la no predictibilidad de este virus, entre muchas consecuencias, traerá una reducción de empleos y horas laboradas con el respectivo impacto sobre el consumo y la economía.
La pandemia del coronavirus ha caído sobre el mundo como un meteorito, de forma drástica e inesperada, específicamente en nuestro territorio después de más de una semana en estado de alarma surgen muchas más dudas que certezas. Cuánto durará la cuarentena, cuándo comenzarán a disminuir los contagios, en qué momento la epidemia se podrá dar por controlada y, la gran pregunta para el día después, cuál será la factura que quedará de todo esto.
La Organización Internacional del Trabajo (OIM) estima que el COVID-19 podría cobrarse casi 25 millones de empleos en el mundo. Entre esos millones, muchos podrían ser migrantes. La población del Perú está transitando por una situación impensable hace solo un par de semanas atrás, el confinamiento obligatorio y las medidas de restricción de movilidad han hecho que se desaceleren los motores de la producción, lo que hace conjeturar que más allá de las fronteras de la salud, también enfrentaremos desafíos sin precedentes como consecuencia del impacto económico y social del COVID-19.
Los coletazos de esta pausa global serán especialmente duros para las pequeñas y micro empresas que no cuentan con las reservas suficientes para afrontar largos periodos de inactividad, así como quienes se dedican al sector de los servicios, a rubros como hotelería, turismo, la industria del entretenimiento, personal doméstico, y más evidentemente para los informales, un amplio segmento social sumido en la precarización e inestabilidad laboral.
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Aunque el mundo está cambiando a paso forzado obligando a incorporar medidas que pueden parecer muy radicales y con la certidumbre de que nada volverá a ser igual después de la superación de la pandemia, es importante tener en cuenta que de las grandes crisis han surgido también grandes soluciones.
Nos enfrentamos a una situación extremadamente compleja, el temor a la caída de los mercados financieros, aunado a la producción y a los consumidores paralizados requieren respuestas acertadas que reestablezcan la confianza. Aún no podemos conocer los efectos que tendrá la cuarentena prolongada, pero no es aventurado advertir que el impacto económico es ineludible, y la sabiduría estará en reducir los daños para los sectores más vulnerables, evitando agudizar las notables desigualdades sociales que preexistían a la pandemia.
Las políticas sociales compensatorias deben ir más allá del mero diseño, en los próximos meses luego que pase la tormenta, el gobierno debe seguir actuando en defensa del bien común, el enfoque debe estar en las medidas de orden laboral y económicas, para ello se requerirá de una combinación de racionalidad, estrategias y firmeza, que quizás no cuenten con el apoyo o sean impopulares, pero a largo plazo permitirán la continuidad y reactivación de las fuentes económicas.
Súmate al esfuerzo por controlar esta emergencia sanitaria, el Perú está en nuestras manos, sigamos las recomendaciones de nuestro Gobierno, quédate en casa”
Escrito por: Abg. Jessica Navarro