La cantidad de exámenes para detectar, en un período corto de tiempo, a los contagiados con el coronavirus es fundamental por dos razones: En primer lugar porque cuando el número de personas a las que se les hace la prueba es muy bajo, no se tienen la perspectiva real del problema, debido a que el número de casos confirmados es menor al total de los que están realmente enfermos, por otro lado la segunda razón es consecuencia directa de la primera, porque si las personas contagiadas desconocen que portan el virus, es posible que lo transmitan a otros y no tomen las medidas necesarias para cortar la cadena de contagios.
Por tanto, la insuficiencia de pruebas masivas aunado al hecho de que algunas personas infectadas no evidencian síntomas, significa que muchos casos pueden no ser identificados en una etapa temprana, o no ser identificados en lo absoluto. Al respecto la Organización Mundial de la Salud les ha indicado a todos los países que deben hacer pruebas para detectar todos los casos sospechosos y para saber dónde se encuentra el virus, afirmando que «No podemos sofocar un incendio a ciegas y no se puede detener una pandemia si no sabe quién está infectado». El ente mundial de salud además ha hecho saber que las pruebas masivas, el aislamiento y el rastreo de contactos, son “la columna vertebral de la respuesta» a la lucha contra el COVID-19.
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Para comprender la importancia del diagnóstico rápido, se pueden analizar las experiencias que han funcionado y fracasado en la mitigación de la pandemia, tomando como ejemplo comparativo, se puede mencionar la actuación de algunos países como Estados Unidos y Corea del Sur, quienes anunciaron el primer caso de COVID-19 el mismo día (20 de enero), sin embargo, para el 10 de marzo el gigante norteamericano había realizado solo 8.554 pruebas e identificado 1.323 casos, mientras que el asiático hizo, en el mismo lapso de tiempo, más de 210 mil exámenes, detectando 7.869 infectados. El resultado se evidencia en la reacción de Corea del Sur, quien pudo atender de forma más rápida a los enfermos y contener el avance de la enfermedad.
Otro interesante modelo es el caso de Islandia, quien detectó el primer contagio el 28 de febrero y hasta hace unos días había confirmado 1.616 casos, y seis personas fallecidas. En esta isla de 364.000 habitantes, se ha adoptado una estrategia de pruebas masivas entre los ciudadanos, realizando más de 31.000 tests, lo que significa el 9% de su población. Estas son cifras muy significativas, tomando en cuenta que, según datos difundidos a través del portal Worldometer, otros países como Noruega, quien se encuentra en el “top” de esta actividad, ha analizado al 2% de la población; Alemania aproximadamente al 1,1%; Corea del Sur no alcanza el 1%, y en España las pruebas llegan a un 0,7%.
Es lógico que, al procesar más muestras por día, más fiables son las cifras de prevalencia del virus y esto significa un escenario en el que habrá un aumento de casos detectados, la experiencia indica que solo de esta forma se pueden diseñar las mejores y más adecuadas estrategias contra la pandemia.
Súmate al esfuerzo por controlar esta emergencia sanitaria, el Perú está en nuestras manos, sigamos las recomendaciones de nuestro Gobierno, quédate en casa”
Escrito por: Abg. Jessica Navarro