En 1956, en el Perú se empiezan a otorgar derechos políticos a las mujeres y así empieza la inserción de estas en el sistema político del país. Durante esta etapa, se le reconocería el derecho al voto. Asimismo, se les otorgaría la ciudadanía a aquellas mujeres que siendo mayores de edad supieran leer y escribir; y ya para 1979, la Constitución establecía la igualdad de los derechos políticos de mujeres y hombres.
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En el siglo XXI, existe una fuerte tendencia dirigida al autoempleo y a los emprendimientos, por distintos motivos y en diferentes condiciones que varían dependiendo del nivel de desarrollo de cada país. El emprendimiento puede darse por elección o por necesidad. Durante el siglo XX, las mujeres se han ido incorporando al trabajo y ahora en el siglo XXI, son emprendedoras y empresarias.
El incremento de la presencia de mujeres en la fuerza laboral genera un crecimiento económico en el Perú, siendo así que parte de los nuevos empleos que se generan, han surgido como consecuencia de emprendimientos desarrollados por ellas. Bien sea producto de su trabajo de forma independiente o por el desarrollo de microempresas, las cuales muchas veces son familiares.
En Latinoamérica, CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe) ha exhibido varios informes en los cuales se destaca la participación de las mujeres, en pequeñas, medianas empresas y micro emprendimientos. Generalmente, la participación de las personas en el mercado laboral está regulada en cada país y se caracteriza por diversos factores, entre los cuales están: la edad mínima requerida, la cultura, las costumbres nacionales y el acceso a la educación.
Escrito por: Lic. Fernando Parra