El outsourcing, también conocido como tercerización o subcontratación, es un mecanismo novedoso de administración, que consiste en transferir a terceros ciertos procesos complementarios a la actividad principal del negocio.
Al dejar ciertos procesos complementarios en manos de profesionales externos altamente calificados, que no forman parte del “core business” o giro principal de negocio, las empresas sacan mayor provecho de su eficiencia.
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Outsourcing financiero, ¿qué es?
Se refiere al proceso planificado de transferencia de funciones (no estratégicas) a expertos externos a la organización, exige un considerable grado de intercambio bidireccional de información y confianza.
Nace de la necesidad del empresario o gerente de la compañía de destinar su tiempo a la supervisión y gestión de su negocio, sin tener que dedicarse exclusivamente a la parte financiera del mismo, que además requiere de una formación especializada y de una alta dedicación.
Ventajas
La información con la que trabaja el outsourcing financiero es la contabilidad, además de elaborar el pago de impuestos o presentar cuentas, permite la gestión del negocio, a través de análisis financieros, qué proporcionen información para tomar decisiones correctas, como: liderar procesos de refinanciación de deudas, tomar decisiones de inversión y desinversión o llevar a cabo procesos de auditoría.
La aplicación de outsourcing financiero otorga una visión estratégica, financiera y comercial que permite:
-Diagnosticar la situación actual de la empresa.
-Revisar los objetivos y estrategias de la sociedad.
-Implementar y analizar la planificación financiera y el control presupuestario de la empresa.
-Desarrollar planes de negocio, planes estratégicos y de contingencia.
-Negociar con proveedores, entidades financieras y organismos públicos.
-Mejorar el flujo de caja y reducir el gasto en financiación.