La crisis sanitaria mundial provocada por el nuevo coronavirus que ya escala por encima de los 100.000 fallecidos, y más de un millón y medio de contagios, ha tenido un curso que difiere para todos los pacientes infectados en el mundo, es por ello que los elementos que afectan el desarrollo de la enfermedad y las posibilidades para acabar con el COVID-19 siguen sin estar claras, hasta no conseguir tratamiento médico efectivo o vacuna. Actualmente la incertidumbre sigue siendo la protagonista, por lo que los investigadores alrededor del mundo trabajan contra reloj buscando nuevas ideas acerca de la pandemia global.
Recientemente se ha publicado en la revista “BioEssays”, un nuevo artículo realizado por Kang Hao Cheong y Michael C. Jones, investigadores de la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur, donde se examinan los posibles detonantes que hicieron que el brote de COVID-19 haya derivado en una pandemia mundial de niveles tan impredecibles y de una forma tan rápida. En el estudio, describen la correlación de cuatro condiciones sistémicas, fácilmente identificables, conectadas en red, descritos como los “cuatro jinetes” o cuatro desencadenantes de la pandemia.
Los “cuatro jinetes” detallados son: la superpoblación, la globalización, la hiperconectividad y las cadenas de suministro cada vez más limitadas y centralizadas, poderosos indicadores que están implícitos en el espacio de probabilidad de esta catástrofe.
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Destaca Cheong uno de los coautores de la publicación que «la pandemia del COVID-19 ha puesto al descubierto patologías críticas que acechan en el dinámico sistema mundial de comercio, gobernanza y salud pública. Desde esta perspectiva, una pandemia puede hacer extenderse a otros dominios vitales, como la estabilidad económica y geopolítica, además de otros efectos multiplicadores de segundo y tercer orden, que podrían convertirse en una bola de nieve que derivaría en una catástrofe sin precedentes». Refiere además que «una comprensión adecuada de este panorama de riesgo explosivo apunta hacia una solución: un cambio masivo del rumbo global, basado en el principio de precaución e información por principios biológicos».
En igual sentido, alerta Jones, el otro creador del artículo que, «incluso si esta vez el COVID-19 no es la causa próxima de la catástrofe global, como el iceberg que hundió al “Titanic”, es un golpe lo suficientemente inquietante como para despertarnos al hecho de que estamos navegando en un mar peligroso que está cada vez más lleno de icebergs».
El fenómeno del coronavirus, está actuando como un agente que contamina a los sistemas en todo su conjunto, este fruto de la globalización, ha hecho que rápidamente los países libren una batalla compartida. Sin duda una dinámica inédita se ha impuesto en los tableros de la geopolítica y la economía mundial, cargada de enormes desafíos, de los que se obtendrán diferentes conclusiones a futuro, estos resultados deben servir para entender que posiblemente este episodio sólo sea el inicio de otros sucesos que, a largo o mediano plazo podrán desarrollarse como consecuencia de un modelo mundial caracterizado por cambios climáticos, superpoblación, precariedad, desigualdad y otros escenarios complejos, que aceleran y empeoran cualquier crisis, y ponen en jaque a la humanidad. Esta pandemia, ha venido a desvestir las abatidas condiciones sociales y económicas que dominan extensas zonas del planeta (incluyendo grandes potencias económicas mundiales).
Escrito por: Abg. Jessica Navarro