Una factura es un documento sumamente importante en materia tributaria, debido a que posee carácter probatorio con respecto al uso correcto y legítimo del Crédito Fiscal del IGV por un contribuyente, así como también de la justificación de costos y gastos para la correcta determinación del Impuesto a la Renta.
Las facturas no fidedignas también se consideran falsas. Un ejemplo de facturas no fidedignas se da cuando el número correlativo y su datación no tienen relación con el resto de la facturación que sí es real. Ahora bien, ¿cómo se detecta una operación con una factura falsa? Esto es relativamente sencillo puesto que la empresa que vende la factura falsa no registrará compras, por tratarse de una empresa fantasma.
Las estrategias fraudulentas utilizadas por algunos contribuyentes para conseguir la disminución de los tributos por pagar pueden basarse en la adquisición de facturas falsificadas, clonadas o que corresponden a operaciones que nunca se realizaron. Cualquier factura que contenga información deliberadamente errónea es una factura falsa.
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El uso de estos documentos ilegítimos configura un delito tributario y naturalmente se recomienda no recurrir a la compra o venta de facturas por Internet, imprentas informales o por otros medios; en el caso de que la Administración Tributaria descubra su uso, su efecto tributario es cero y será sancionado con la pena de ocho a doce años de prisión efectiva.
Cabe mencionar que la utilización de facturas falsas es uno de los mecanismos más habituales empleados para solicitar devoluciones fraudulentas a la SUNAT. Este hecho se materializa cuando los contribuyentes procuran incrementar sus gastos o reducir sus ingresos a través de maniobras evasivas, como la incorporación en su contabilidad de facturas falsas o documentos que reflejan una operación inexistente, no fehaciente o no real, evitando así pagar más impuestos.
El agente económico, por tanto, aparenta una compra que nunca existió, inflando con ello su crédito fiscal y reduciendo su pago de IGV, al mismo tiempo que produce una disminución del pago en el impuesto a la renta, debido al aumento de los costos y gastos declarados.
Se puede resaltar que la norma sanciona tanto a quien obtiene facturas falsas como a quien las proporciona o facilita su utilización indebida; es decir, tanto el emisor de la factura como su receptor incurren en infracciones previstas en nuestra legislación. Además, las operaciones simuladas y las deducciones por gastos inexistentes son figuras del fraude fiscal.
Para poder respaldar la emisión de facturas en casos donde se presenten inconvenientes o verificaciones por parte de la SUNAT es muy importante contar con cualquier documento que pruebe el vínculo entre la factura y la entrega de bienes o prestación de servicios (documentos de fecha cierta que otorguen verosimilitud a la transacción económica).
Escrito por: Grupo Verona