El factoring es una operación financiera en la que una empresa vende sus cuentas por cobrar a un factor, que es una entidad financiera o una empresa especializada. El factor paga a la empresa el importe de las facturas descontadas, menos una comisión que representa el riesgo de impago.
Dicha herramienta está regulada por la Ley 29623, promulgada en diciembre de 2010, con el objetivo de promover el financiamiento a través de facturas comerciales, con el fin de apoyar a las pequeñas y medianas empresas (PYMES).
¿Cómo se realiza una operación de factoring?
La empresa presenta al factor las facturas comerciales que desea descontar. El factor analiza las facturas y la situación financiera de la empresa. Si el factor acepta la operación, paga a la empresa el importe de las facturas descontadas, menos una comisión. El factor se encarga de la cobranza de las facturas a los clientes de la empresa.
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Tipos de factoring
- Factoring con recurso: En este tipo de factoring, la empresa sigue siendo responsable del pago de las facturas en caso de impago por parte de los clientes.
- Factoring sin recurso: En este tipo de factoring, el factor es responsable del pago de las facturas en caso de impago por parte de los clientes.
Ventajas del factoring
- Obtención de liquidez inmediata: fundamental para cubrir necesidades de capital de trabajo, realizar inversiones estratégicas o liquidar deudas pendientes.
- Reducción del riesgo de impago: al delegar la gestión de cobranza de las facturas al factor.
- Ahorro en costos administrativos: dado que el factor se encarga de tareas relacionadas con la gestión de facturas, liberando a la empresa de estas responsabilidades.
Escrito por: Grupo Verona