Es común prestar una mayor atención a la evolución de las finanzas personales al inicio del año; sin embargo, tras finalizar el primer trimestre, ¿cuán bien has planificado tus gastos? Por el bien de tus finanzas, es importante notar si se incurrió en algunos gastos pequeños, silenciosos y casi inofensivos que, a largo plazo, pueden afectar tus cuentas personales.
Gastos hormiga
Son gastos pequeños, propios del día a día y que no están planificados (un café por la mañana o un snack a media tarde). Al ser pequeños y “ocasionales” terminan siendo subestimados; no obstante, al sumarlos resultan ser relevantes para las finanzas del mes.
¿Cómo se enfrentan? Lo ideal siempre es la planificación; elaborar una lista de todos estos gastos, y la frecuencia en que se incurre en ellos, permitiendo definir un tope máximo mensual al que puedas ceñirte, de modo que no afecten tu presupuesto.
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Gastos fantasma
Denominados así porque “no se ven”, pudiendo pasar desapercibidos y repetirse cada mes sin ser notados. Generalmente, están asociados a una tarjeta (suscripciones o aplicaciones).
¿Cómo hacerles frente? El monitoreo de tus finanzas es la respuesta, así podrás identificarlos en tus movimientos mensuales. Haz una lista de estos gastos, analiza cuáles son realmente necesarios y elimina aquellos que no sean de real utilidad.
Gastos vampiro
Llamados así porque pueden presentar variaciones, “chupando” más o menos presupuesto según el nivel de consumo mensual. Están relacionados con los servicios básicos.
¿Cómo enfrentarlos? Hacer un uso consciente de los servicios (desconectar los aparatos electrónicos cuando no se utilizan y/o arreglar desperfectos técnicos), a fin de reducir la posibilidad de un desbalance en tu presupuesto.
Escrito por: Grupo Verona