Estando cercanos al primer quinquenio tras la pandemia, el Fondo Monetario Internacional (FMI) realizó un análisis de la economía mundial y detectó que es necesario tomar medidas para reponer las reservas y reactivar el crecimiento a mediano plazo, siendo prioridad adaptar las políticas y herramientas de la institución a fin de evitar quedar rezados.
Si bien la organización multilateral reconoció la notable resiliencia de la mayoría de países ante la crisis sanitaria que significó la pandemia, tomando como muestra el descenso gradual de la inflación hacia las metas establecidas por los respectivos bancos centrales, también notó las persistentes divergencias en el crecimiento y la inflación entre países.
Así, las diferentes dinámicas inflacionarias exigen estrategias específicas para cada país, por lo que no se puede garantizar el retorno a la estabilidad de precios si se deja de lado factores importantes como la estructura de los mercados laborales, la rigidez de los precios y la dependencia de las importaciones de energía y alimentos.
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Por otro lado, se estima un bajo crecimiento a mediano plazo, así como déficits fiscales y deudas públicas elevadas, las cuales podrían superar el 100% del producto bruto interno (PBI) en el 2029 (a menos que se tomen medidas decisivas para reconstruir el espacio fiscal y facilitar las inversiones).
“Una combinación de aumentos de ingresos, mediante impuestos más progresivos o tasas impositivas más altas sobre el carbono, y recortes de gastos en áreas menos prioritarias puede ayudar a reducir la deuda y liberar espacio para inversiones estratégicas. Para fomentar el crecimiento a mediano plazo, es necesario implementar reformas estructurales que mejoren la productividad y la eficiencia de las economías”, indicó el FMI.
Dentro de las reformas a implementar, la entidad recomienda: la simplificación de los trámites burocráticos, la mejora de la educación, la capacitación de la fuerza laboral, la promoción de la competencia en los mercados y la inversión en infraestructura. Además, hizo énfasis en la cooperación internacional para abordar desafíos globales como el cambio climático, la desigualdad y la fragmentación geoeconómica.
Teniendo en cuenta dichos desafíos, el FMI resaltó su papel crucial como dador de asesoramiento técnico y financiero para los países miembros, y promotor de la adopción de normas y estándares internacionales.
Finalmente, el FMI recomendó a los gobiernos adoptar políticas que promuevan la innovación y la tecnología, siguiendo las tendencias actuales, y aprovechar las oportunidades que ofrece la digitalización, la inteligencia artificial y la biotecnología.
Con información de El Peruano