Debido a las múltiples dimensiones que componen este fenómeno, se relaciona directamente con otros tipos de informalidad. Por tanto, puede dividirse en varios grupos:
- Informales que trabajan en empresas formales; este grupo existe debido a la combinación de rigidez laboral, elevado valor del salario mínimo (sobre todo fuera de Lima), baja productividad laboral y falta de control por parte de Sunafil.
- Informales que trabajan en empresas que también son informales, este sector es ineludible por la existencia misma de empresas informales y la baja productividad laboral.
El poder de ser informal:
Queda claro que la informalidad en el país se convirtió en el principal camino, 7 de cada 10 trabajadores son informales, es un hoyo donde están sumergidas empresas y trabajadores, a lo que además se suman aspectos tributarios y legales. Queda demostrado que los esfuerzos no han sido suficientes para dejar de ser uno de los países más informales del mundo.
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Las empresas que componen el sector informal no manejan economías de escala (sus procesos productivos generalmente son sencillos), esto impide desarrollar redes de proveedores que permita integrarse a cadenas mucho más eficientes (como las necesarias para exportar). Otro factor negativo preponderante es que la inversión de los informales es escasa o nula, especialmente en medioambiente, tecnología y capacitación, que se deriva a su vez de no contar con acceso a créditos bancarios formales y otros servicios financieros necesarios para crecer.
No contar con empleos productivos, bien remunerados y con seguridad social impide diariamente que miles de familias logren salir de la pobreza, haciendo que se amplíen las brechas del desarrollo, aumentan los rezagos en la educación, la falta de acceso a oportunidades, radicalizando la baja calidad de las instituciones y la falta de apertura comercial.
Escrito por: Abg. Jessica Navarro