El término reputación corporativa, se asocia a uno de los fenómenos de mayor trascendencia en la gestión empresarial actual, debido principalmente a la globalización de la economía, que exige un sólido respaldo corporativo a las actividades de las empresas en diversos contextos; la dificultad para diferenciar los mercados a causa del exceso de la capacidad productiva; las crisis empresariales producto de la vulneración y quebrantamiento de principios éticos en algunas corporaciones, aunado a los nuevos valores empresariales, han propiciado una evolución desde la lógica de la rentabilidad hacia otra más equilibrada en relación a las responsabilidades sociales de las empresas, estos y otros factores no menos relevantes explican el surgimiento del valor de la reputación corporativa.
La Reputación corporativa puede explicarse como la percepción que tienen los grupos de interés hacia una empresa, esta imagen posibilita lealtad y recomendación, entre los usuarios. Este concepto añade a la marca una diferenciación sostenida en el tiempo, que permite responder a las expectativas del público, al mismo tiempo que previene riesgos frente a eventuales crisis.
Por tanto, los niveles de aprecio o respeto que se tienen por la empresa, una vez que han sido comparados con la competencia, son el resultado de la Reputación Corporativa.
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Es por ello que actualmente la reputación de una empresa se considerada como un activo cada vez más relevante, con el objeto de crear confianza y fidelización, dentro de un mercado eminentemente competitivo.
Alcanzar la reputación depende de todos, es decir, todo el organigrama de una compañía, desde la administración hasta el último empleado del servicio, influyen y conforman la reputación de la empresa, por ello es importante determinar en la cultura y visión empresarial, que lograr una buena reputación no es responsabilidad exclusiva de nadie, sino que es una función de todos.
Escrito por: Abg. Jessica Navarro