La empresa reconocerá los ingresos de actividades ordinarias cuando o inclusive a medida que satisfaga una obligación de desempeño mediante la transferencia de los bienes o servicios comprometidos, es decir, uno o varios activos al cliente. Un activo se transfiere cuando el cliente obtiene el control de ese activo.
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Ahora bien, para cada obligación de desempeño identificada, la empresa debe determinar al iniciar el contrato, si las satisface a lo largo del tiempo o las satisface en un momento determinado. Si dicha empresa no satisface la obligación de desempeño a lo largo del tiempo, dicha obligación de desempeño se tiene que satisfacer en un momento determinado.
Los bienes o servicios son activos, inclusive si solo lo son de forma momentánea, cuando se reciben y utilizan. El control de un activo se refiere a la capacidad para redirigir el uso del activo y obtener sustancialmente todos sus beneficios restantes. El control incluye la capacidad de impedir que otras empresas dirijan el uso del activo y obtengan sus beneficios. Los beneficios de un activo son los flujos de efectivo potenciales, de entradas o ahorros de salidas de recursos, que pueden obtenerse directa o indirectamente de muchas formas, tales como:
-El uso del activo para producir bienes o prestar servicios (incluyendo servicios públicos);
-El uso del activo para mejorar el valor de otros activos;
-El uso del activo para liquidar pasivos o reducir gastos;
-La venta o intercambio del activo;
-La hipoteca o prenda del activo para garantizar un préstamo;
-Conservar el activo.
Al momento de evaluar si se tiene el control de un activo, las empresas deben considerar cualquier convenio para recomprar el activo
Escrito por: Lic. Fernando Parra