El acelerado desarrollo tecnológico que desde hace más de una década viven las naciones del mundo ha proporcionado cambios en todos los sectores de la economía y negocios, los modelos de trabajo no han sido la excepción, la innovación no solo reta la evolución del sector, sino que también, los obliga a adaptarse para ofrecer un mejor servicio. La explosión tecnológica no solo ha transformado la forma de realizar compras, sino que además ha impactado directamente en la concepción tradicional del vínculo laboral.
La era digital ha venido a imponer cambios; pasando de un modelo disciplinar a un enfoque transdisciplinario, esto trajo como resultado un giro en las rutinas, y estructuras corporativas, muchas empresas entendieron esto y se movilizaron desde hace tiempo al cambio.
En este sentido, las aplicaciones de reparto o “delivery” se han popularizado velozmente, volviéndose una solución, a través de un modelo de negocios en el que los clientes piden productos que son llevados hasta sus casas por los repartidores. Son empresas que sirven como plataformas de contacto entre los establecimientos y el consumidor.
Inesperadamente, dentro de la constante evolución del mundo hacia la globalización, irrumpe en el escenario un nuevo elemento, una pandemia que agrede profundamente a toda la sociedad, el coronavirus. En menos de tres meses más de ciento veinticinco países han sufrido los embates de este virus. En esta inédita realidad, los estados de emergencia y la suspensión de garantías han sido inevitables, haciendo surgir el primer estado de excepción mundial. Emerge como consecuencia colateral, el régimen tecnológico de la cuarta revolución industrial como un caudal desenfrenado que se abre paso.
La crisis sanitaria ha generado que los gobiernos, como política de Estado, implementen medidas de distanciamiento social, con el propósito de aplanar la curva de contagios; esto ha obligado la paralización temporal de empresas, grandes, medianas y pequeñas. Durante estas semanas, la sociedad ha reordenado su estilo de vida, haciendo que en muchos países del mundo se expanda más aun el consumo online a través del delivery, promoviendo aceleradamente, el nuevo modelo de consumo en casa.
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Las calles desiertas de muchas ciudades, resultado de la cuarentena obligatoria, contrastan con las excepciones de circulación que se han dado a ciclistas de diferentes servicios de envío a domicilio, tales como Glovo, Pedidos Ya, Rappi, Uber Eats, entre otros que, aunque no producen comida, la reparten a través de pedidos realizados por una aplicación móvil, convirtiéndose en trabajadores esenciales en este contexto. Antes de que comenzara la emergencia, ya se había advertido que a nivel mundial este sector, se encontraba en condiciones laborales de precarización, debido a la falta de regulación legal en cuanto a este modelo de trabajo, derivando en un debate sostenido, el rechazo que las compañías de reparto mantienen para consolidar una relación de asalariados con sus colaboradores, aunado a la falta de protección social ni seguro de salud para los mismos. Estos puestos de trabajo se ofertan como beneficiosos, por su flexibilidad y la facilidad que aportan para acceder a ingresos de forma complementaria a otras actividades, sin embargo, es usual encontrar en estos trabajadores condiciones laborales inestables e ingresos irregulares, en la época actual hay que añadir además el riesgo latente al contagio por la exposición permanente al contacto con otros.
En el caso de nuestro país, durante el transcurso del aislamiento social obligatorio, se ha venido analizando por parte de las autoridades permitir que este sector se active, y finalmente en días pasados el presidente Martín Vizcarra, anunció que una comisión analizará la posible venta de alimentos procesados de comida a través del delivery, a partir del 4 de mayo, cuando habrá un reinicio gradual y calculado de algunas actividades económicas y productivas, paralizadas por el estado de emergencia, indicando que “un restaurante no puede funcionar de esa forma, con la presencia física, pero sí podrían vender sus alimentos, sus productos, por delivery, siempre y cuando garanticen el cumplimiento de un protocolo que cuide al personal que trabaja en el restaurante y que cuide el traslado hasta el domicilio (del cliente) que lo requiere”.
Es importante observar que además del pronunciamiento del primer mandatario, la ministra de la Producción, Rocío Barrios, en una entrevista reciente, ha indicado que se activará el delivery de restaurantes, sin embargo, las aplicaciones de reparto quedarán prohibidas, debido a que según refiere la jefa ministerial “Las aplicaciones de delivery no aplican en esta etapa, pues no tienen una regulación en el país”, por tanto puede inferirse que en el mes próximo esta modalidad aplicara para los restaurantes que cuenten con servicios de reparto propio y formalizado, o a través de la posibilidad de recojo en el sitio.
Súmate al esfuerzo por controlar esta emergencia sanitaria, el Perú está en nuestras manos, sigamos las recomendaciones de nuestro Gobierno, quédate en casa”
Escrito por: Abg. Jessica Navarro