La pandemia que se ha instalado en el mundo indudablemente representa un hito sin precedentes en la historia moderna. Esta emergencia que se ha expandido rápidamente, causando incalculables estragos tras su paso, lamentablemente no es el único peligro destructivo y de difícil detección y control, entre estos riesgos también podemos ubicar al lavado de activos.
Curiosamente la forma de combatir ambos males tiene varias similitudes que incluye el cumplimiento estricto de una serie de normas para su prevención. El curso de la pandemia no dejará grandes transformaciones, que rompen paradigmas tradicionales de todo el mundo, la forma de hacer negocios es uno de los aspectos que ya está cambiando radicalmente. Paralelamente también fenómeno del delito aumenta, transformándose y adoptando nuevas estrategias, es por ello que se debe estar preparados para enfrentarlo con herramientas más eficaces y precisas.
La pandemia y el lavado
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, el lavado de dinero se trata de operaciones que consisten en hacer que los fondos o activos obtenidos a través de actividades ilícitas, tengan la apariencia de haber sido obtenidas del producto de actividades legales, para que puedan circular dentro del sistema financiero libremente.
En todo el mundo este delito representa un problema de dimensiones monumentales, de acuerdo a reportes emitidos por la Organización de las Naciones Unidas a través de su Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC), se calcula que aproximadamente 1.6 trillones de dólares producto de actividades delictivas son lavados mundialmente.
También advierten desde esta oficina de la ONU, que este año los fraudes fiscales y no fiscales están aumentando, explicando que las criptomonedas y otras estafas con esquemas piramidales probablemente crecerán.
Es por ello que las recomendaciones que se indican a los gobiernos e instituciones financieras, es que se establezcan protocolos para prevenir ser víctimas de delitos financieros con relación a la pandemia del COVID-19.
El caso del Perú
Este delito ha tomado relevancia en nuestro territorio en los últimos años, debido a las graves lesiones a determinados bienes jurídicos Estatales, que representaron una seria amenaza para el desarrollo.
Por ello el Estado se ha visto en la obligación de crear reglas de conductas que prohíban incurrir dentro del tipo penal y sancionarlas si es que ocurren, aunado a la estandarización de los sistemas de información financiera de las instituciones públicas que luchan contra la criminalidad de manera desagregada.
Sin embargo, este proceso aún está en evolución, debiéndose mejorar antes de enfatizar en las actividades de control y represión, el efecto de los vacíos legales con el propósito de combatir la delincuencia organizada de forma más eficaz.
Escrito por: Grupo Verona