La informalidad laboral probablemente es el reto más importante del mercado económico actual de nuestro país, siendo un fenómeno que en 2019 afectó al 72% de la población, según ha informado la Asociación de Exportadores (Adex).
La informalidad no sólo implica una falta de acceso a pensiones y otros elementos de la seguridad social, sino que además se asocia a bajos niveles de productividad y empleos precarios. La informalidad y la baja productividad están actuando como una red que cada día atrapa a millones de trabajadores en empleos de escasa calidad.
Leer Más: Sunat: personas que hayan registrado su código interbancario recibirán devoluciones
Leer Más: Simplificación tributaria para Mypes estará en manos del nuevo Congreso
Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), la informalidad laboral, se presenta cuando los trabajadores no reciben beneficios como CTS, gratificaciones, ni tienen acceso a protección social, pensión o salud. La escasa creación de empleos formales y la alta competitividad del sector privado, son la dupla perfecta que principalmente promueve este fenómeno.
Más allá del concepto y sus interpretaciones, este problema merece especial atención y debate, debido a las nuevas categorías de empleo que han aparecido en nuestra era. Tomando en consideración, que la mayoría de las personas actualmente optan por trabajar para ‘apps’ de servicios, bajo el concepto de la economía colaborativa, independientes, freelancers’, entre otros, donde existe escasa o nula regulación legal para preservar sus derechos como trabajadores, se abre una nueva puerta de riesgos actuales y futuros, presentándose por ello y por los desafíos heredados, la inminente necesidad de dominar los retos de la informalidad, en un mundo en creciente transformación.
Escrito por: Abg. Jessica Navarro