El Impuesto a la Renta (IR) se ubica en la categoría de impuestos directos, caracterizándose por tener como principal función la disminución de brechas sociales y económicas a través de una efectiva redistribución de la riqueza.
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Esta obligación históricamente ha sido presentada como el símbolo de la justicia fiscal, ya que a diferencia de los impuestos indirectos, la tributación del contribuyente se impone conforme a su capacidad contributiva, a mayor ingreso mayor impuesto, a través de una tarifa progresiva, es decir, tratando de apegarse a las circunstancias concretas de cada contribuyente.
Este tributo presenta una amplia gama de estructuras de bases, tipos y tasas, que van desde los más complejos modelos hasta los más simples, exhibiendo similar diversidad en cuanto a las exenciones e incentivos que lo integran.
Escrito por: Lic. Claudia Bolívar