El contrabando es una forma frecuente de llevar a cabo grandes operaciones de lavado de activos, o de acumular capitales para financiar actividades ilícitas. Los enormes beneficios que esta práctica ofrece, han estimulado el desarrollo de sofisticadas redes criminales, que se alinean con intereses políticos y de otros grupos, quienes para realizar las prácticas de blanqueo de dinero, se han alejado del mundo de los servicios financieros hacia la economía de los bienes materiales -lo que se conoce como la economía “real”- en particular, es decir, el contrabando, generalmente con la utilización de artículos de alta demanda con precios bajos y sin descripciones mínimas que permitan su individualización, puesto que estas características facilitan su rápida comercialización, tal como ocurre con productos como los textiles y confecciones, algunos electrodomésticos, calzado, auto-partes, juguetería, bisutería, entre otros como el alcohol y los cigarrillos, que se han convertido en productos de contrabando básicos, por presentar altos impuestos y un mercado estable para comerciarlos.
Esta modalidad adoptada en los negocios criminales, hace parte de un sistema económico tanto nacional como internacional, siendo un factor que cambia por completo las reglas del juego.
Una de las formas más avanzadas de esta práctica ilícita es la utilización de empresas fachada legalmente constituidas, a través de las cuales llevan a cabo actividades de importación de mercancías y luego desaparecen. Esta figura se denomina “contrabando técnico”, que se configura al introducir los productos a través de canales legales, disfrazando el origen ilícito de los productos con documentos falsificados.
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En nuestro país una vez que ingresan estos productos, los contrabandistas utilizan un método conocido como “smurfing” o “pitufeo”, la venta es sencilla debido a la gran tasa de economía informal, los bienes pueden ser fácilmente arrojados en los mercados del sector, puestos callejeros, y vendedores ambulantes.
La criminalidad sin duda cambia rápidamente, por ello la efectividad en su mitigación depende de saber anteponerse a la mutación de sus actores, a través de una observación macro sectorial, ejecución de más y mejor tecnología, y la aplicación de políticas que consientan una constante retroalimentación.
Escrito por: Abg. Jessica Navarro
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