Un regreso a la normalidad como era la vida a principios de 2020 todavía está muy lejos. Incluso cuando se alivien las restricciones impuestas para hacer frente a la pandemia de covid-19, el coronavirus seguirá afectando nuestras vidas de muchas maneras.
Expertos de la BBC comparten su análisis, en algunos casos centrado en la realidad europea o británica pero fácilmente extrapolable a otras partes del mundo.
- Seremos dependientes de la tecnología por un largo tiempo
Desde los clientes de Zoom hasta los grupos de WhatsApp, para muchos las plataformas digitales se han convertido en la única forma en la que podemos trabajar, ponernos en forma, educarnos y entretenernos. Se trata de un gran cambio cultural que solo sucedió en pocas semanas y parece poco probable que desaparezca de la noche a la mañana.
Ahora sabemos que, en términos generales, la infraestructura tecnológica puede hacerle frente al reto: ha habido algunas interrupciones, pero los proveedores de banda ancha y las redes de telefonía móvil han sabido manejar el gran aumento en el tráfico.
Y en el futuro, con líneas entre el hogar y el trabajo más borrosas que nunca, necesitaremos pensar cuidadosamente sobre qué plataformas usaremos y qué decimos sobre ellas. Aun así, la videoconferencia es, por el momento, la norma.
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- ¿Habrá desaparecido la hora punta?
Covid-19 es el mayor shock para las empresas en el último siglo. Las medidas de emergencia impuestas a empresas reacias formarán parte del análisis futuro, obligando a hacer preguntas como “¿necesitamos un gran espacio de oficinas en la ciudad con personal que dependa de un abarrotado transporte público?”
El trabajo en la casa podría hacer que la hora pico o punta pase a la historia, lo que podría afectar los valores de las propiedades en las “ciudades de cercanías”. El personal también exigirá más de los empleadores en términos de flexibilidad, instalaciones y seguridad en el trabajo.
- Menos vuelos pueden hacer subir los precios
Algunas aerolíneas podrían no sobrevivir esta crisis. Otras podrían desaparecer poco después. Y aquellas que logren superarla saldrán debilitadas. Habrá, por lo menos a mediano plazo, menos vuelos. Esa tendencia estará impulsada por las personas y los negocios que tendrán menos dinero y por el auge de las videoconferencias.
Y, después de la pandemia, volar también generará más nerviosismo, al menos inicialmente. Las cámaras de imagen térmica, que toman tu temperatura cuando pasas por los controles, podrían volverse de uso corriente en aeropuertos y hasta en estaciones de tren para asegurar a pasajeros y personal de planta.
- ¿Clases virtuales para largo rato?
El día escolar normal tiene su propio ritmo establecido por las lecciones, campanas y recreos. Ahora, más de 90% de los niños del planeta no están en la clase, según la UNESCO. Esa interrupción tendrá secuelas durante años. La enseñanza se ha trasladado online, con clases virtuales a una escala jamás vista, pero eso ha resaltado la preocupación de que la pobreza digital está marginando a algunos niños: aun en economías desarrolladas, como Reino Unido, hay una minoría significativa que no tienen acceso inmediato a un dispositivo propio que puedan usar para sus deberes escolares.
- ¿Demanda de combustibles fósiles o energía verde?
Aire limpio y carreteras tranquilas: en la más lúgubre de las circunstancias, el confinamiento impuesto por el coronavirus nos da un sentido de cómo se vería un mundo más verde. Los niveles de dióxido de carbono, que están vinculados a una amplia gama de condiciones respiratorias, cayeron en China y en Europa a medida que el tráfico vehicular disminuyó. Y el auge de las reuniones online ha demostrado lo que se puede lograr sin tener que viajar y eso, a su vez, ha contenido mucho las emisiones de carbono. La gran pregunta es qué sucederá a continuación.
- El comercio internacional sobrevivirá
Antes de que covid-19 cobrara su primera víctima, la guerra comercial entre China y EE.UU. amenazaba el progreso de globalización. Las cadenas de suministro internacional traen ventajas -más opciones, precios más bajos y, para algunos, mayores ingresos- pero también generan desempleo en los países de Occidente que tienen sueldos más altos. Esta pandemia ha expuesto otras vulnerabilidades.
Se depende de tres países -EE.UU., China y Alemania- para el suministro del 40% de los equipos de protección personal y también hay negocios que dependen de fuentes únicas para obtener componentes vitales.
- La pandemia no eliminó las tensiones globales
La catástrofe inevitablemente genera nuevas prioridades, aunque las antiguas tensiones geopolíticas continúen. La pandemia ha demostrado, una vez más, que las cuestiones globales requieren soluciones globales. También ha demostrado que las primeras reacciones de los gobiernos han sido de tipo nacional. China y Estados Unidos se han mostrado los dientes en torno a la responsabilidad que recae sobre Pekín de la pandemia, naciones han cerrado sus fronteras y se ha visto una competencia indecorosa por los recursos médicos.
A los organismos multilaterales les ha ido mal. La UE pidió disculpas a Italia por no prestarle suficiente apoyo y el presidente Trump atacó a la Organización Mundial de la Salud por ser demasiado cercana a Pekín. Los que consideran pasados de moda a estos cimientos del orden mundial, tienen más municiones. La postura de Pekín es contradictoria. Es la fuente del virus y también el proveedor global de mucho de los equipos para combatirlo, así que se puede esperar que el “problema de China” sea un objeto de atención de los gobiernos en Occidente.
¿Cómo podrán depender menos de los bienes chinos y resistir los esfuerzos de Pekín de imponer al mundo sus reglas al tiempo que buscan cooperación en problemas como el cambio climático y, sí, futuras pandemias?
Habrá mucho menos dinero en los presupuestos militares para nuevo y reluciente armamento, tras la redefinición de la seguridad debido a la extraordinaria debilidad revelada por la pandemia.
La capacidad de la seguridad nacional será juzgada por el aprovisionamiento de equipo médico y la preparación para la próxima pandemia o catástrofe ambiental, no sólo por cuántas brigadas de tanques se puedan desplazar.
Súmate al esfuerzo por controlar esta emergencia sanitaria, el Perú está en nuestras manos, sigamos las recomendaciones de nuestro Gobierno, quédate en casa”
Fuente: BBC.