Esta comisión tiene un trabajo de convencimiento, de inducción, de llegar a un punto conciliatorio, pero sin renunciar a los intereses ni al cobro. El primer trabajo de esta comisión es convencer de que se haga el pago como está. No existe ley o ninguna norma que les permita desconocer intereses o gastos, esta comisión debe empaparse de cada caso y sostener un debate técnico, donde se reúnan los especialistas de cada parte y así determinar quién tiene la razón.
Hay muchos casos de empresas, por ejemplo, el de compras falsas de oro y que no quisieron pagar los intereses. Dada esta situación, se impugnó ante el Poder Judicial y este resolvió a favor de la Sunat determinando que eran compras falsas de oro, y había que pagar el interés. Existen otros casos donde el reparo no tiene sustento, no tiene razón de ser y hubo que quebrar el valor y renunciar a esas deudas. Por eso, es preciso trabajar técnicamente cada caso.
La comisión también debe tomar en cuenta cuáles son los plazos que se está demorando el Poder Judicial para resolver y cuáles son los plazos que se está demorando el Tribunal Fiscal y la Sunat para resolver, porque allí empieza el conflicto: se tarda más que el tiempo del que está establecido, donde se termina siendo ineficiente en lugar de resolver rápidamente. Asimismo, la comisión debe también estudiar qué cambios legislativos se pueden dar porque se habla de la conciliación tributaria, pero para eso deben salir normas o leyes que permitan hacerlo.
Por otro lado, existe descontento en la sociedad porque la Sunat le perdona a las grandes empresas, pero a las pequeñas no; entonces, se debe tener cuidado con el costo social. Lo que se busca es solucionar el cobro de las deudas tributarias para que a todos se les cobren por igual, debido a que con el pago de estos impuestos son beneficiados todos: se construyen carreteras, hospitales, colegios, por lo tanto nadie puede tener trato preferencial.
Las grandes y pequeñas empresas deben hacer valer sus derechos si no están de acuerdo con la fiscalización de Sunat. Se tiene el mecanismo de la impugnación, el reclamo, la apelación. Solo se debe aceptar una deuda cuando se sepa que el monto que se ha determinado es el correcto.
Cuando, por alguna razón, se tuvo compras falsas a favor o sin sustentos se debe aceptar ese reclamo de fiscalización; de lo contrario, tiene todo el derecho de hacer valer el mecanismo de impugnación porque nadie debe pagar más de lo debido. Este país se forma con el pago de nuestros impuestos, pero sin ningún tipo de abuso, con igualdad para todos.
Escrita por: Mba. José Verona