El shock económico del coronavirus

Al orden económico global que hasta hace pocas semanas imperaba en el mundo, le está correspondido la tarea de resistir un desafío sin precedentes en la época moderna: el coronavirus. Luego de que la OMS declarara la pandemia, en buena parte del mundo la actividad económica prácticamente ha desaparecido, el coma inducido que se ha posicionado sobre muchas actividades económicas ha hecho que vuelos internacionales se hayan cancelado, aumenten inflexiblemente las restricciones y el control en las fronteras, y sectores como el turismo, entretenimiento, construcción, hotelería y gastronomía se mantengan en suspenso.

El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estima que, solo en Latinoamérica y el Caribe, la economía se contraerá entre 1,8% y 5,5% en 2020 debido de la pandemia de COVID-19. El shock económico externo derivado de la pandemia es una secuela para la cual ningún organismo, gobierno ni empresa estaban preparados, la magnitud de su impacto dependerá en gran medida de la evolución de la enfermedad en los próximos meses, pudiendo tener como resultado una desaceleración económica o (en caso se prolongue durante mucho más tiempo) una recesión, especialmente para las economías que antes de la crisis ya incluían una dinámica de crecimiento frágil, caracterizada por contracción, baja productividad, endeudamiento masivo y excesiva volatilidad.

Con las actividades paralizadas, miles de empresas cerradas y un sinfín de reajustes laborales, la mayoría de los países afectados están diseñando estrategias para contener también la emergencia económica. Los Gobiernos han aprobado planes históricos con la intención de ayudar a los desempleados, a las familias vulnerables, autónomos y empresas, implementado numerosos mecanismos financieros y de liquidez masivos, que incluyen la reducción en gran parte las tasas de interés, y flexibilizan las condiciones de financiación en los mercados,  para garantizar la sostenibilidad y evitar quiebres en serie, sin embargo, la capacidad de recuperación de los sectores más afectados, sigue siendo incierta, debido a lo impredecible de la situación.

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Una de las enseñanzas que nos dejará esta crisis es la urgente necesidad de fortalecer la sostenibilidad de las empresas, muchos profesionales dedicados a esta rama, manifiestan que las compañías que tienen avances en la gestión de aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno, han sido capaces de enfrentar mucho mejor esta crisis, dando respuestas sin necesidad exacerbar el daño existente. Un ejemplo de ello es que a nivel mundial, las compañías que han desarrollado sistemas de capital humano más avanzados, han podido migrar del entorno presencial a uno virtual, sin tener que sacrificar la productividad, y esto se refleja en los mercados.

Aún nos encontramos en la fase aguda de la crisis, es imposible determinar con certeza la real magnitud del futuro económico luego que pase la emergencia, es posible que el shock  tenga efectos estructurales a futuro y se aceleren cambios como el reforzamiento de los sistemas sanitarios, así como nuevas formas de organización, tanto local como globalmente, bien sea por el acortamiento de las cadenas de suministros o por la difusión de las formas de trabajo a distancia, lo importante es que los cambios, ayuden a acelerar la transición económica hacia un sistema circular.

Súmate al esfuerzo por controlar esta emergencia sanitaria, el Perú está en nuestras manos, sigamos las recomendaciones de nuestro Gobierno, quédate en casa”

Escrito por: Abg. Jessica Navarro

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